Japón y Corea del Sur, aliados de Estados Unidos, tendrían dificultades para aumentar rápidamente la construcción naval para satisfacer la demanda estadounidense de alternativas bajo el plan del presidente Donald Trump de imponer gravámenes a los buques vinculados a China.

La construcción naval japonesa está funcionando casi a plena capacidad, con poco margen para la expansión hasta 2028, mientras que los astilleros de Corea del Sur, así como en los EE. UU., se enfrentan a desafíos financieros, dijo Takaya Soga, CEO de Nippon Yusen (NYK), la mayor línea naviera de Japón.

“La capacidad de la construcción naval japonesa está casi llena en estos momentos, hasta digamos 2028. Así que no es tan fácil para ellos aumentarla”, dijo Soga a Reuters al margen de la conferencia de la Semana Marítima de Singapur.

Según Soga, la expansión de los astilleros surcoreanos tampoco es inminente, ya que “han sufrido una situación financiera muy mala” durante casi dos décadas. Agregó que los constructores navales estadounidenses necesitan tanto inversión como tecnología para aumentar su capacidad.

Cabe mencionar el Presidente de EE. UU. Donald Trump, a través de una orden,  establecería un Fondo Fiduciario de Seguridad Marítima como fuente de financiamiento y crearía incentivos a la construcción naval a través de créditos fiscales, subvenciones y préstamos.